viernes, 4 de diciembre de 2009

solo

E rnesto, estás solo, quieto, cansado, sediento, y con la lengua afuera!. Pausáte, calma no. Seguís fumando las pocas ganas que te dejaron, de todo. Te sentiste amenazado, traicionado, perseguido, enjaulado y hasta asfixiado.

Jorge, solo quiero que sepas que te quiero!. Al igual que a ella, y también a ellos, y por qué no a él también.

Mi autodestrucción no posee la finalidad de ser nociva para los demás. El presente es cruel, como lo soy conmigo mismo, como siempre lo fui. Solamente que ahora, desde más arriba caeré con más fuerza sobre mi. Y será perfecto, será como debió haber sido, como siempre tuvo que ser”, dijo por la tarde Jorge.

Jorge, no entendés, él siempre vuelve, es como yo, somos grandísimos amigos, siento una tensión positiva, y forma base de la piedra fundamental de mi historia más reciente, la de los últimos 15 años.

Ella se me está poniendo insoportable, Ernesto, demasiado histérica.

Stereophonics, orquesta que no duerme y me acompaña a través de las líneas y de los papeles quemados.

Volví a quemar la mesa y a incendiar tu cabeza. Volví a equivocarme con vos, y con ellas, hermanas prostitutas y necesariamente útiles.

Enfermos fanáticos y envases vacíos no retornables; en realidad, sin llegada a ningún lado. Continúan exhibiendo piruetas hasta las más profundas horas de la noche, pero siempre con luz artifical.

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