martes, 29 de diciembre de 2009

Liso, el gnomo


De apariencia: inocente, al igual que el día en que nació. Liso es zurdo, parece bonito. Sus orejas son alargadas y bien finitas, al igual que su trazo, tan delicado gracias a V8.
Lo parí una tarde, el partero tatuador hizo el resto. Ahora somos dos en uno, y uno para el otro. Somos testigos, cómplices y protagonistas. Ya no me siento solo. No nos has ganado!
Su mirada, si bien aparenta ser bella, es profunda y hasta puede tornarse despiadada.
De sabor dulce en los ojos, Liso por ahora no emite sonido. Su llegada a éste mundo fue dialogada, sin dolor, y hasta tengo bien guardadas las agujas que lo delimitaron. Su gorro, ostenta un fervor nacionalista y federal. Entrado en terreno, recordemos que el brazo en donde vive, queda sobre el costado izquierdo de mi cuerpo.
Liso arde, pero es natural, y se entremezcla con mi piel. Nos estiramos juntos hasta el límite. Los dos respetamos las fronteras, es obvio, esa fue la condición.
Será fruto de la trillada bipolaridad, y de la “decisión” que por estos tiempos toma carácter de radical y tajante en mi vida?, No sé! Liso es gnomo, o duende, pero es y está ahí, tan cerca y dentro mío, como tan lejos e inalcanzable para vos.
Por el resto, nada más! Hoy es Liso. Sin ondulaciones. Sin vacilaciones. Es Liso y punto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario