Vanidad!,
que te despliegas en pequeñas pizcas formando la próxima catarata… hacia dónde
conducen tus manos? A qué recodo inhóspito del cosmos nos dirigen
tus pies?...
La
inspiración como significante acobija el ramalazo creativo de nuestra ficción.
Los significados se desprenderán de las múltiples percepciones y asimilaciones
que tus prolíficos inconscientes elaboren.
Te has
vestido con diferentes rostros y cuerpos, Vanidad!, y has predicado
burlonamente tus disfrazados imperativos por sobre la inmensidad de los
desposeídos paisajes, que, flemáticos, nos han abrazado en infecundos soplos.
A vos, te
han vociferado camaleónicamente desde estaciones remotas, y han hecho y
deshecho en tu nombre, las tergiversaciones más perspicaces. De qué sabor mata tu
esencia, si has violado hasta la mismísima Locura?
Hemos
construido, y seguimos fundando
incansablemente nuestro propio fin, desconociendo el principio. Somos huérfanos
miserables, amorfos, y nos despreciamos tratando de repletar nuestros vacíos
más insondables que un sistema innombrable nos supo incriminar mediante un
reloj. Ese régimen inhumano, fue parido por todos tus hijos, clones tejidos por
la Red; y por los responsables, y también por aquellos que desde un rechazo
funcional, lo han alimentado y lo sustentan por estos lares.
Vanidad!,
construcción simbólica que te hiciste carne para fagocitarte paulatinamente, y
desde tu naturalismo parásito, la esencia de lo sensible. Vanidad, qué secreto
me has contado que no lo sé explicar aún?
S.O.S. vos
Destino, el asesino silencioso que me impide encontrarme?
Golondrínicamente,
las Mariposas vestidas de abejas vuelven por el polen. Ya hemos desenmascarado
al verdugo, el Amor no existe, solo es una alucinación que viaja dolorosamente
por los núcleos de aquellos que, ingenuos y adictos a éste veneno, nos
entregamos en pequeñas dosis.
Vanidad..?,
eres tan miedosa y embustera, como siempre. Sin embargo, éste monólogo se hará
diálogo! La que te espera Vanidad!