Desperté un día
martes,
sobre tu cielo
gris,
y me acordé que
no era tarde,
para volverte a
seguir.
No me corras
por la espalda,
mas bien déjate
seducir,
no me
reproches, no des sermones!
pon tu boca
aquí…
Me siento
parado
en la terraza
del ayer,
fui por un poco
de aire,
y me ahogué….
Ellos crecen si
saberlo
y aún me siento
un aprendiz,
la gente
corre!, que derroche!,
la vida pasa en
un desliz…
trato de,
decirte que,
lo frívolo
reina aquí,
amarillistas!,
son egoístas!,
nadie piensa en
ti.