miércoles, 29 de septiembre de 2010
un 29, casi 30...
30 días nos separan de los 30 años, hoy un 29. Miércoles, día d...
La discursividad, devenida un discursividad hipócrita que reina por estos tiempos, deconstruida por los agentes de la máquina de impedir de siempre y vulgarizada a través de un tamiz represor y dominador por el núcleo duro del poder conservador, se vuelve frustrante, y desnaturalizada. Y en la red de relaciones sociales que se propone, como instancia superadora, dinámica, democratizada, y hasta si se quiere revolucionaria y anti-sistema, nosotros, los peces de siempre, quedamos pescados, colgados, atrapados y asfixiados.
Modelos de gestión que hacen pie en viejos mecanismo obsoletos para perpetuarse en el poder con aires frescos de participación ciudadana y popular. Quizás sea mi mirada ennegrecida, quizás, tal vez, no sea tan errada.
Preferiría verlos llorar, a todos en uno solo, apretándose en un abrazo, extendiéndose la mano, volviendo a ser lo que nunca fueron.
Preferiría volver a ser casi un 29, 30 años atrás, y seguir esperando el momento.
viernes, 17 de septiembre de 2010
Hastiado
Los ratones voladores se golpean sobre el vidrio. Aprovechan la ausencia de la luna para hacerlo. Los pibes patean la noche, el silencio se acalla, se rinde ante el doblaje e inhala ausencias. Lejano, casi yéndose, un sonido cotidiano se vuelve serpentino.
El hartazgo define todo. Un saco que probó el día y le calzó de cuerpo entero. Manifestaciones y “debates” amorfos, de espaldas a la necesidad, indiferentes y hasta infantiles desfilan desvariando, sin sentido. Afuera, la imagen es aún más desalentadora, el mensaje es un montaje vaya uno a saber de quien y para que.
Las carencias y miserias calan todavía más profundo, hoy, al respirar. El hartazgo define todo. Hasta encuadra y lo nombra a mi estado, le da vida, lo personifica y lo hace carne. Esos cuerpos que no están, porque son recuerdos sin palabras, porque son fotos quemadas y licuadas. Estoy realmente harto. Y es el hastío lo que marchita. Me marchita si alguna vez fui flor, y te consume a vos, seas quien seas, ella o él, es el fastidio lo que nos mata, hasta desaparecer.
Al dejar pasar, nos invaden, el tiempo y los otros también. Y al verlos entrar me siento cada vez más alejado, apartado, neutralizado en el centro de la nada.
Preferiría seguir siendo un trasgresor, y no suicidarme ante cada una de mis entregas. Escuchá mis palabras, no las nombres. Dejáme ser lineal y verte pasiva, apreciándome. Total, me sobra la vida para entenderte, pero no me va a alcanzar para amarte. Debe ser recíproco, y el mundo con el que me vinculo y por el que transito se termina cansando de mi.
Siempre fui un basto, partiendo desde mí y concluyendo en vos, ese que hasta creí parecer sin llegar a serlo. Vos, indefinición con perfume anónimo. Voz que jamás perfeccioné para hacer canción mis sentimientos dibujables, mamarrachos que nacieron de tinta, luego crecieron digitales y se esfumaron sin huellas.
El hartazgo vuelve a definirlo todo, como casi siempre, en la totalidad, en mi vacío.
solo
bonita
miércoles, 15 de septiembre de 2010
Identificación
miércoles, 8 de septiembre de 2010
segundos
segundos que se suceden, que se vuelven minutos, que se alargan en días, y que se empapan en meses. Meses de amor, de entrega, de apertura y de calma. Por un costado de mi ser la vida transita feliz, sin perturbaciones, solo por un costado, solo por cuestiones de segundos, amo, y sigo queriendo seguir amando.
martes, 7 de septiembre de 2010
lunes, 6 de septiembre de 2010
Un refresco d rock inglés
viernes, 3 de septiembre de 2010
Regodeo
Los glaciares ya se han desvestido, y el blanco se hizo agua verde, y los corales se volvieron souvenirs dentro de la postal.
Me desprendí de la cruz, y de la espinosa hipocresía. Soy mi muerte que se pasea por mi vida, estridente, fulgorosa.
He iluminado noches de sabores impalpables, he caído hasta volar y me siento aprendiz de mi continua sabiduría, de ésta puta ignorancia que me inspira para seguir aprendiendo.
Estoy riendo frente a mi desgracia, faltándole el respeto, sobrándola hasta verla enfurecida. Y es así, una vez más, que siendo casi un perfecto irrespetuoso, me vuelvo cada vez más valiente para volverme a doblegar.
Me separo sin llegar a dividirme, a corromperme, para vernos estúpidos, desbordados del néctar que mezclamos en el fuego y que nos envuleve hasta asimilarnos y volvernos uno.
Es realmente confortante confrontarse y doblegarse, y derrotarse, y resultar ganador de una lucha intrerna que por matices se hace insostenible.
Menoscabo mi propio yo, y me doy vuelta hasta deshojarme. Y me escucho en silenciio, y te volvés grito libertario. Tomo la daga, me dispongo a hacerlo. Me pinto de cicatrices, y el maquillaje se vuelve estímulo, y el color es pura reacción.
Soy canción, me fui a volar, y reposo en cada imaginario hasta volverme colectivo. Retomo la vía, y la locomotora le chifla al viento algunas rimas que antes no supe cómo decirte. Si a veces me torno insoportable, imagináte que terminé siendo para mí. Después del fin empieza el inicio, y el círculo se completa, y el mareo oxigena la vuelta, y le da velocidad, y la empapa de adrenalina. La coca no tiene gas, y la yerba se consume sin cebarse. No necesito pagar la entrada otra vez para volver a verme, tengo un espejo happy hour, soy mi free shop. Ya estuve en la parrilla, ahora quiero nadar en el lago.
Te volveré, y volveré, y revolveré el revólver, hasta confirmar que la bala ya se haya ido...