Godzilla en busca del Dique Perdido

Pareceres entrecruzados, se asemeja a alguna imagen sin editar de aquella "pésima" película del pseudo-dino extinguido.

Esta vez, resultaría ser un capítulo un tanto más cercano de la saga. El bicházo impactaría en la escena local desde los altares de un cielo furioso. "Algún Rayo" de La Renga animaría sonoramente su gestión criminal.

El justiciero animalito, y con marcada tendencia ecologista nos cobraría los pecados ante tanto derroche de agua, y más aún ante tanta pasividad para con aquellos protagonistas y responsables directos de la "Crisis Hídrica".

El "Paso de las Piedras" supo cobijar en un pasado no tan reciente a "Diquecito", un primo un tanto no tan lejano de "Nahuelito". Este Súper Héroe Hídrico dormitó en los sueños de los justos hasta que en estos últimos años, semejante cantidad boluptuosa de mentiras lo supieron: "molestar".

Todo esto, claro está, "iba a suceder", antes de que unos cientos de milímetros milagrosos se hicieran realidad desde principios de año.

La escena está detrás de la última mirada, la posibilidad de lo concreto late sobre el pecho de Diquecito, que por ahora, solo por ahora, forma parte de mi última pesadilla.

Medusas

Un banco interminable de medusas nos separan. Colaboran algunos personajes innombrables, el Rey Sol, sus altas y sofocantes temperaturas, y un rengo Fiat que me mira de reojo, como si fuese la encarnación de un pasado que no termino de matar.

Se nos alargan la distancia y los días, y la sucesión de hechos poco fortuitos. De segundos se hace una cruz inmortal, la misma que depositada sobre la espalda se vuelve cáncer, los extraño!.

Aquel pueblo sobre la 33, ese lago ensalitrado y sus patitos haciendo la plancha. Un atardecer, algunas canciones, un amor a puro rock que se vuelve indispensable.

Las medusas harán el rol de radares carceleros, pero tengo un plan para concretar el escape perfecto.

Las térmicas de mis enojos son cada vez más elevadas, como el monte que sostiene nuestros crepúsculos. El año comienza caliente, como la tierra, y mis ojos perplejos e inmóviles, guardan sobre la retina un desenlace anunciado.

Perdón!: Te paso un obsequio!

Al pedirte perdón te ofrezco la libertad. Al prefijo latino "per" se le suma el verbo latino "donāre", que significan, respectivamente, "pasar, cruzar, adelante, pasar por encima de", y "donar, donación, regalo, obsequio, dar".

Nuestra distancia, nuestro silencio cómplice, son secretos de un aire sin oxígeno. No me han quedado palabras para justificar lo injustificable. La razón es toda tuya bonita. El error me pertenece, nace y muere en mi, y la blanca repetición se hace vacío, el color de la nada me invade. Quizás esté buscando, anhelando la oscuridad, y por única vez a lo largo de toda mi vida sea egoísta. Tal vez, esta teoría forme parte de mi error reinante, y torcerme sea un imposible...

Al mojado

Recorro los piletones de la Rivadavia. El agua se precipita a mi alrededor, y el año mojado se me hace hasta el momento toda una complicación, tras otra complicación, tras otra.

Los bonitos se aman y juegan a pelearse, a enredarse entre gotas de lluvia hasta reír. Al árbol, vestido de luces, lo rodean un par de caros obsequios que los magos supieron conseguir entre las últimas malezas.

Los favores se me hacen unidireccionales y no vuleven, no me recuerdan. Puede llegar a ser esta sensación parte de algún síndrome de abstinencia que me transita por algunos minutos en estos días. Tal vez, la caprichosa nostalgia no se tome vacaciones y me perturbe hasta cuando me refugio en algún tema de Wilco, en algún sueño despierto, o en algún recuerdo de un futuro que acaba de marchitarse entre tus lágrimas.

Al mojado le cuestra creerse y sentirse seco. Le sobraron pastillas de colores y otras golosinas, ya que nunca llegó a vender el suficiente número de entradas para poder exhibir la función.

Al mojado enojado, furioso, broncoso le cuesta cada vez más seguir levantándose para volver a caer, aunque te diga lo contrario.