martes, 19 de enero de 2010

prueba-ensayo

Desceparte. Para obtener tus principios y examinarte deliciosamente. Así lo tendré que hacer, para acallar esas voces que flotan por la noche dentro de la caja en la que me deposito.
Somos como sustancias isómeras, y tus propiedades hacen de tu personalidad un incompatible para con mi proyección. Me salí del tubo de ensayo, dejé de ser un hámster. Ahora soy ese científico malvado, el que siempre fui para vos. Con el que siempre lidiaste en tu laboratorio psíquico. Soy pasado retorcido que no termina de sangrar. Soy el detestable presente que te pica y con el que te arañas, y seguro seré ese futuro imborrable del que te arrepentirás.
Fue una prueba, y no la pasé. Nunca llegué a ser el que vos querías diseñar, y por el que tus ensayos no irradiaron valor, sino vacíos o malos acompañamientos. Llegué a ser justo el que no querías que fuera, pero por el que mataste para llegar a terminar haciéndolo. Ensayo que quedará acopiado en los recuerdos, en ese cajón del que nunca jamás te harás cargo. Fui yo el que se equivocó amor. Todo los pesos, hasta la cruz más inmensa, voltéala, ese es mi camino, me lo merezco, porque siempre lo terminé eligiendo. Despreocúpate y búscate un espejo que te soporte. El hartazgo golpea mi puerta. Esta vez lo haré pasar. Reconocerme en ésta nueva etapa será aceptar lo que siempre fui, y del que de ahora en más jamás renegaré. La dualidad, esa marea que llega y me ahoga, y hasta se confunde conmigo, los polos se intercambian en ese ida y vuelta vertical. No quiero ocasionar mas daño. No me quiero intoxicar más con mi confusión. Aléjate, será tu camino el de luz. Lo mío ya lo viviste, y lo padeciste, y me soportaste. Es que me estoy dando cuenta que soy así, justo como vos no querés que sea.

lunes, 18 de enero de 2010

zig-zag

Vas, venis, y parás para volver a arrancar, y seguís. Te ahogas, luego de 5 días volvés y apareces en una red casi anónima. Probas, te la jugás, compartís y hasta tu soledad ofreces. En una de éstas últimas noches sentiste miedo. Tu cuerpo se desencontró, titubeaste, reposaste y continuaste. Seguís zigzagueando, gambeteando indefinido, buscas la calma al temblar y aquella vieja adrenalina ya no te atrae.
Confundís enero con pleno junio, troqueas el 09 por el 10. Volvés a dudar, y es la duda que hace un pleno en tu pensamiento. No querés correr más, ni tirar, ni salpicar a nadie. Ansias la paz, para vos y los tuyos, un destello de felicidad. Sin embargo el vidrio continúa empañado, y volvés a viajar. Reencontrás aquellas dolencias, pequeñas gotas del sudor frustrado con el que planchaste tu vida durante una década.
Te encontrás con Domingo, ese día que te inmoviliza, y te tortura. Mientras, el astro se desvanece en el frente de tu frente lleno de edificios. Buscás un nuevo año que aún no se animó a venir. Esta puta desgracia te desvela, y encontrás solo pesadillas al cerrar las piernas.
Inmerso en un tratamiento que te trata como enfermo terminal, conjugás colores y formas con viejos recuerdos. Hace mucho que no lloras. De todos modos te rompes, y ellos lo perciben. Qué querés al querer? No cerras la puerta y abris más ventanas. La corriente te atrapa y te lleva por su camino. Chequeás tus sentidos, están intactos. Te volvés y reflexionás. Perdés tiempo. No se te desempaña la mirada. Seguís perdido. Como cuando dejaste de bailar. La fiesta se hizo sacrificio. Te convertiste, mutaste y ahora ellos te entregarán a su Dios. El ritual te desangra. Es el tiempo. Las paredes se trasladan con vos. Tus movimientos son lentos y predecibles. Tu obviedad te delata, y dilata ésta etapa inolvidable, y no por lo bella, sino por tortuosa.
Mostrás, te guardás y te ocultás. Sin embargo, los disparos te siguen dando. Te mataste, te juzgaste demasiado. La próxima jugada le corresponde. No querés perder más. Se acabó. Demasiada exposición. Si te quieren te vendrán a buscar. Si te quieren perdonarán tus torpezas y hasta tu enfermedad, para terminar perdonándose ellos por todo el mal que te hicieron.

miércoles, 13 de enero de 2010

monótono

Todo se vuelve, se choca contra sí mismo. Todo se torna discretamente aburrrido, de textura híbrida, sin color ni sabor. El resto aprecia indiferente.
Al sumergirse en gas, uno visualiza y dispara lo que siente o supone que acaricia sin meditarlo, sin saborear su costado, ni besarle la espalda. Lo tira y ya!.
Son momentos, y existen otros que pegan la vuelta, se ramifican y siguen por la paralela de enfrente, haciéndo burla. Todo es tan irreal, que creemos encarnizarlo al hacerlo realidad, tan subjetivo como la verdad!.
Monótono se vuelve el estado de quienes somos conscientes de que estamos quietos al dudar, o corremos al temer, al ansiar, o simplemente al exitarnos y volcárnos sobre la cosa de manera guasa.
Supe desde un principio que no ibas a responder a mi llamado. No es que no lo hayas visto, simplemente nunca lo entendiste. Pero lo que queda de mi (te aviso), está esperando tu infinita respuesta ausente.
Sabemos que nos amamos hasta quebrarnos de placer, hasta gastarnos, vaciarnos, y sequarnos con la sal y el sabor del quiero más. Todo aquello, más esto que tengo más a mano se volvió a no sé donde. Ya no lo tengo ni me posee. Es tuyo, o de nadie.
Todo es tarde, y nada parece ser tan temprano como para alcanzarlo. Todo es igual, es monótono. La nada no es, o más bien sí, es nada!. Entre esa distancia infinita, nosotros, y los otros, y también los aquellos y las fastidiosas otras!. Siempre las hay. Las otras no existen, los otros tampoco. La Nada. El todo. Monótonos. Solo vos y yo.

jueves, 7 de enero de 2010

D colores

Miles de luces encendidas bajo la noche. Parpadeos rojizos que serán testigo, cómplices, espectadores, o simplemente adornarán el último árbol navideño sin sacar.
Por qué no te cerrás, maldita canilla?. La madera se vuelve a quemar, como en otras tantas infinitas ocasiones. Volvemos a fojas cero. Esta historia ya la escribí.
Las naranjas se cayeron todas juntas, y desparramadas a lo largo de la ciudad, se ven alineadas. Las blancas no tienen programación, más bien desvarían.
El verde me acompaña en la soledad. Soledad vestida de verde y de beige, con algunas pinceladas oscuras, y hasta por allá a lo lejos se puede divisar un tímido amarillo. El celular dormido, la pantalla callada y el equipo mudo son los tres compañeros de grado a los que en algún tiempo quise, y ahora se me vuelven indiferentes. Los nombres ya no conjugan con los apellidos, y los verbos pierden fuerza.
Se extraña una mañana, se anhela también una tarde, pero sobre todo se desea la noche. Pareciera ser ella, sin las demás. La guitarra continúa sin despertar, se ve que la cansé. La tribu es par, y no creo en las coincidencias, soy profeso de las líneas del tiempo, del tiempo lineal, de las rectas; sin embargo, me siento pegando la vuelta en un punto elevado de un círculo, o será la esfera con la que ella se recrea y golpea cruelmente contra la pared, al ritmo de las agujas que se sumergen en mi piel para dar amor y eternidad. Es helor, el calor no existe. Quedé perpetuado en su estuche, tratando de guionar el prospecto sin saber que fui veneno. He llegado a venerarla, mi respeto sigue siendo profundo, y reconozco mis pecados, y me doy cuenta así que soy humano. Sí! he errado, he abatido mi bien en más de una jugada, como así también he pagado doblemente su espesura, su ácido protocolo, y sus híbridas conclusiones. Estoy obteniendo parcialmente palabras sin color, y de color quiero pintar mi vida, de sabores quiere inundar mi boca, de pesadillas quiero bañar mis sueños. Me estoy librando de mi atadura, ella ya me ahorcó cuando quise besarla. Ella disparó y me mató primero cuando volví a buscarla.

lunes, 4 de enero de 2010

entre (canción)

Espacio oscuro,
cielo de misterio
y de otros acordes,
solo nuevas voces.

Entre, en tu vieja
y tu nueva sensación,
entré, y nos vi,
separándonos del ayer.

Entré, y me sentiste,
placer por lágrimas,
volvés a pegar,
siempre en donde me perdiste.

ESTRIBILLO
Déjate,
mirame,
sienteme,
para empezar de nuevo el juego.

domingo, 3 de enero de 2010

Así empezamos...

Se hace sentir!. Enero está entre nosotros. Como casi siempre después de Navidad, a lo que se le suma en ésta ocasión un viento redundantemente caluroso.
Entre las idas y venidas, alocadas por cierto, y que caracterizan a la histérica sociedad en la que nos movilizamos, existe un paráte, un congelamiento de nuestra imagen que nos encuentra solos, evitando sentirnos de esa manera, tratando de huir, y de pensar en qué es lo que tenemos que hacer para completar una agenda vacía.
Están los que ya disfrutan de las olas, o de las sierras. Están los amantes de las piletas, ahora únicamente de las de grandes dimensiones, ya que la crisis, como todas las crisis, solo afecta verdaderamente a los que menos pueden.
Estamos los que sin aprovechar, nos inmovilizamos y nos perpetramos en nuestras guaridas, tratando de narrar en pocas líneas todos aquellos escenarios posibles que trae aparejado éste Enero.
Descubriendo a The White Stripes, a través de su Icky Thump seguimos ilustrando nuestra grilla musical, esperando algún día dominar a la guitarra sin que ésta nos esclavice y nos hostigue.
Últimamente, no reparamos en cultivar a nuestros lectores, pero hemos sabido apreciar a Ray Charles, como así también a Hey Venus!; existos de los Beatles desde la música de la película de Iam Sam; Kaiser Chiets; Supergras; Placebo; y The Verve.
Se han compartido y distraido momentos y actores, situaciones ya vividas y algunas hasta con cierta cuota de diferencia.
Hemos escuchado luego de mucho tiempo la cálida voz de un viejo y siempre bien recordado AMIGAZO, Raúl Besano.
Hemos visto el espejo mi querido Liso. Estamos solos. Estamos a la espera. No es época de hacer, sino más bien de aguardar, de reencontrar, de apreciar y de distinguir para poder, al fin y al cabo, separar y afianzar nuestro próximo paso con total seguirdad. Todo un año se dimensiona por delante. 200 años se van a cumplir de aquella independencia. Una instancia que invita a evolucionar y madurar.