miércoles, 13 de enero de 2010

monótono

Todo se vuelve, se choca contra sí mismo. Todo se torna discretamente aburrrido, de textura híbrida, sin color ni sabor. El resto aprecia indiferente.
Al sumergirse en gas, uno visualiza y dispara lo que siente o supone que acaricia sin meditarlo, sin saborear su costado, ni besarle la espalda. Lo tira y ya!.
Son momentos, y existen otros que pegan la vuelta, se ramifican y siguen por la paralela de enfrente, haciéndo burla. Todo es tan irreal, que creemos encarnizarlo al hacerlo realidad, tan subjetivo como la verdad!.
Monótono se vuelve el estado de quienes somos conscientes de que estamos quietos al dudar, o corremos al temer, al ansiar, o simplemente al exitarnos y volcárnos sobre la cosa de manera guasa.
Supe desde un principio que no ibas a responder a mi llamado. No es que no lo hayas visto, simplemente nunca lo entendiste. Pero lo que queda de mi (te aviso), está esperando tu infinita respuesta ausente.
Sabemos que nos amamos hasta quebrarnos de placer, hasta gastarnos, vaciarnos, y sequarnos con la sal y el sabor del quiero más. Todo aquello, más esto que tengo más a mano se volvió a no sé donde. Ya no lo tengo ni me posee. Es tuyo, o de nadie.
Todo es tarde, y nada parece ser tan temprano como para alcanzarlo. Todo es igual, es monótono. La nada no es, o más bien sí, es nada!. Entre esa distancia infinita, nosotros, y los otros, y también los aquellos y las fastidiosas otras!. Siempre las hay. Las otras no existen, los otros tampoco. La Nada. El todo. Monótonos. Solo vos y yo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario