Invención

De Morel, Rodríguez, tu boca y mi río plateado. De nuestras pasiones, de casas y sótanos, de departamentos y jaulas, de islas desaparecidas en tu memoria, y de alucinaciones. De barbas y barras bravas, de pajas bravas y de chocolate en tus labios, de clubes y estadios llenos de habitantes transparentes.
Es inevitable el bailotage entre Don Perignon y esas 2 morenas; mas aún, si aquel nativo no se expresa en ésta contienda, vamos a naufragar en un sufragio trastocado, manchado de culébras, insectos, y bichos de piel.
No llegamos a encontrar ningún sótano en el dial, ha pasado su momento, al igual que tu vaso lleno. No hay cenizas de lo que no fue, nuestro amor se desliza por la marea y jamás se deja tocar la cola.
No hay imágenes de Faustine y de mí en tu proyección de imágenes inconclusas.
Las velas están en la repisa, no quemes las sábanas, tengo la mecha para comenzar el ritual si así lo deseas. Dejemos entrar a los murciélagos, a las moscas para el postre, y también a aquellas colillas que rebotan y salpican oportunismo en tu ojos. Vibremos con un avioneta de circo, sin pilas y a batería solar. Viste alguno de noche? De circo, de payasos y de terror en sonrisas licuadas.
Invención, la de todos los días, vaya a saber de quién...
De colegios y docentes, de alumnos y de padres, de establecimientos educativos como colchones sociales y sin educación. De miseria en villas de moda, de cárceles y de policías motochorros.
De drogas sin drogadictos, más bien el placer por el placer mismo, de televisores apagados y libros abiertos. De relojes sin tiempo, de alucinaciones, de invenciones permitidas y correctamente supervisadas.
Pastas. Basta! Pastillas sin prospecto. Dejémos entrar a los gorriones y derribemos torres, con mi talismán soy musulmán, soy terrorista de la Casa Blanca, soy ecologista del G8.
De mujeres en rocas, de enfermedades sin antídoto. De celulares sin crédito, y sin señal. Señales sin obetos, obreros sin fábricas. De tercermundista nomás!