viernes, 4 de diciembre de 2009

Consecuencia

Verdad-consecuencia. Luego de agitadas mordidas al placer oculto por años, ellos se sienten desenfrenadamente salvajes, inmaduros e irresponsables. Son de verdad.

La consecuencia termina siendo así, el producto de una suma de inmeditadas acciones que se tejen diariamente desde que la brújula dejó de palpitar correcto!

Acallados, rutinariamente reprimidos, escondidos, encarcelados e invisibles se presentan por estos días como autodestructivos, altamente dañinos, para vos, y para los que te rodean, y hacen de su mirada tu figura.

Verdad que no es falsa, verdad que se hace natural y pura consecuencia. Reglas que no miden, que no alcanzan a encarcelar tu descontrolada ansiedad, y sus inoportunas ansias de brotar y caer por el manantial hacia un infinito traidor.

Verdad: aquella mentira de la cual construyen oportuna e intencionalmente realidades para vender su rating por la pantalla de nuestras vidas, por la caja de nuestra cárcel, mediocre y finalmente estúpida.

Un libro del cual ya quemé las hojas, un cuadro que se perdió en colores mudos, una escultura que se ha derretido con el correr de tus ojos, un amigo petrificado en la inmediatez. A dónde nos iremos a buscar cuando seamos números abstractos?

Celulares, y accesorios contaminados por las inadecuadas utilizaciones. Modismo de época, hambre que se eterniza y se hace cáncer para tu corazón.

Juzgar? Condenar? Militar en la ignorancia para formar cuadros vacíos de personalidad. Figuritas repetidas que no llegan a completar tu álbum posmoderno y sudaka.

Ciudad: oscuro desfile de luces sin brillo que me llaman a beberte en tragos y pitadas de secas melodías. Te Kiero! Lo entendés?, No! No lo racionalices, SENTÍLO! Presente, momento de ahora, gozá la noche, de día o a la siesta, en el baño, debajo de un puente, en la ruta o dentro del mar, en el ascensor de tus amores, o a la caída de la última lágrima de sol.

Pastillero boxeador, dijiste de repente, “inútil, paranoico y nocivo mitómano del orto. Enfermo de mierda, hijo de una jaula de putas frígidas! Has probado mi fósforo, yo se que te ha gustado, y lo has lamido en látex, y te lo has calzado en el medio de tu pozo de petróleo.

Te he acabado!, de probar, de probar...”.

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