V uelta a tu mundo en menos de una madrugada. Sin temor me precipité sobre la noche y sus estrellas de revista. Mendigando caricias llegué a rozar corazones, aunque estaban fríos, y distantes. De vuelta, volví a quemar la mesa, y ésta vez la mancha es de gran dimensión, no así la que marqué ayer lunes. Café, me levantás y vuelvo a caer como papel en cesto, rendido a tus pies. Doy pena, lástima que se fue el invierno. Desvelo mis días, y los rayos de tu sol acarician lo que queda de mi.
Un cigarrillo que marca el final, para luego volver a empezar, y ellas siguen al teléfono. Me raspa tu mimo desdibujado por dinero, aunque el placer está en tu boca y en tu lado oscuro.
Sigo sin entender a centroamérica, sin crédito en el móvil y volviendo a ver lo que siempre estuvo cerca y nunca toqué.
Ginebra, Fernet, y ella que se resiste, aunque mendigue lo que queda de mi, no me lo acepta y se va.
En cambio, él o ella, es cariñosa y servicial; sin embargo, yo busco la felicidad en el otro. En vos?
He probado últimamente casi de todo, y sigo sin encontrarme, aunque me vista para ir a trabajar, sigo amando la vida, pero anhelo morir.
Vuelven, y debo estar preparado para encaminar mis brotes, mis dulces raíces. Los amo, sin miramientos, sin dudas, son lo más hermoso que hice junto con mi seca naranja.
Y vos?, te decís indiferente, reacia, hasta desconocida. Ya han pasado las 7, y sigo sin pestañar.
Debo comprar el ahorro para no usar la limosna de mis ancestros. Debo, pero no quiero, y me importa un bledo el despertador de tu corazón. Policías revisan sus sirenas en medio de la impune luna. Ella vuelve a preguntar, a interesarse en lo que nunca prestó atención. Y yo?, yo sigo sin saber cómo reaccionar, sin convicción trazo mi camino, aquel que al girar, ya no existe.
Donde he dejado lo que he perdido?, donde me he depositado a levitar sin acordarme que me he olvidado de mi?.
Despertares, nuevos y traumáticos, sin llegar a ser lastimosos, más bien placenteros.
Un cigarrillo que marca el final, para luego volver a empezar, y ellas siguen al teléfono. Me raspa tu mimo desdibujado por dinero, aunque el placer está en tu boca y en tu lado oscuro.
Sigo sin entender a centroamérica, sin crédito en el móvil y volviendo a ver lo que siempre estuvo cerca y nunca toqué.
Ginebra, Fernet, y ella que se resiste, aunque mendigue lo que queda de mi, no me lo acepta y se va.
En cambio, él o ella, es cariñosa y servicial; sin embargo, yo busco la felicidad en el otro. En vos?
He probado últimamente casi de todo, y sigo sin encontrarme, aunque me vista para ir a trabajar, sigo amando la vida, pero anhelo morir.
Vuelven, y debo estar preparado para encaminar mis brotes, mis dulces raíces. Los amo, sin miramientos, sin dudas, son lo más hermoso que hice junto con mi seca naranja.
Y vos?, te decís indiferente, reacia, hasta desconocida. Ya han pasado las 7, y sigo sin pestañar.
Debo comprar el ahorro para no usar la limosna de mis ancestros. Debo, pero no quiero, y me importa un bledo el despertador de tu corazón. Policías revisan sus sirenas en medio de la impune luna. Ella vuelve a preguntar, a interesarse en lo que nunca prestó atención. Y yo?, yo sigo sin saber cómo reaccionar, sin convicción trazo mi camino, aquel que al girar, ya no existe.
Donde he dejado lo que he perdido?, donde me he depositado a levitar sin acordarme que me he olvidado de mi?.
Despertares, nuevos y traumáticos, sin llegar a ser lastimosos, más bien placenteros.
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