jueves, 3 de diciembre de 2009

Las babas de Troche, Pedro, Julio y Moche

Publicaciones que hacen historia y un joven, aparentemente acediado por una mujer que comanda una escena romántica dentro de un posible recuadro fotográfico se enlazan en la tarde del jueves. Cobarde según los Caballeros y hasta Joaquín, que también habrá pasado alguna vez por este proceso.

Mientras jóvenes criaturas dejan sus pañales para pedir pis y caca en calzoncillos, otros joden al tiempo vía mensajes celulares que dañan mis pensamientos y hacen borrosa mi escritura.

Fotos de punta, en mi isla del décimo “E”, en donde Peter se va de frente y veo como ese reloj marihuanoso y marleano retrocede unos cuantos años hasta vernos adolescentes, y entonces le confieso a Peter mi intención de “tocar” la guitarra, a lo que responde jocosamente, “tenemos que conseguir una”.

Siento miedo por el hombre del auto, prisión de la velocidad y de la muerte, que se asocia con una mujer, esa es la combinación perfecta para que brote y nos ahogue la locura a cualquiera de nosotros, los mortales.

Quién nos estará encerrando dentro de una próxima foto? Quién se atreverá a encarcelarnos dentro de un revelado inconcluso, en un rollo al que ni la cara blanca, ni la mujer, ni el chico, ni mucho menos yo iremos a retirar?

Peter? Y lo tuyo? Has sido tío compadre?. Te imaginas ésta era sin fecebook? Sin camaritas ni telefonitos con flashes en los recitales?

Espero por un sol melisiano, por un matute y por una ayudito sin ayudas, espero y eso me hace esperarme a mi mismo, estuve mucho tiempo adelantado, debo bajar, debo despertar alineado y justificado dentro de un nuevo texto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario