Toldos, tejidos, sangre de saumerio y cuero de rasta que se entremezclan en la plaza para exponer sus creaciones, su libertad a la hora de honrar y sacrificarse por nuestra artesanía nacional.
Delante de mi, Napoleón estalla sobra las cenizaas de Ildefonso. Fanático aparezco siendo manager del imperio caído, derrotado por la meta que se trazó sobre nuestra utopía.
Esfuerzo, dedicación y profesionalismo se conjugan sobre el césped que rodea al monumento central de la Rivadavia. Un 10 de octubre consumido por las pastillas y bronquíticas hierbas. Un día huido hasta de la soledad.
Todo comenzó con un reiki fallido por la guarda. Encontré a Tomy, se destiñó, ahora es blanco.
Empanada con jugo de químicas esencias, vuelvo, después de mucho tiempo a caminar, sin el traslado al que lamentablemente he sometido a mi acostumbramiento.
Casa, siempre casa, rincón, cárcel, guarida, y hasta bunker de mis desenfrenadas tendencias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario