lunes, 7 de diciembre de 2009

Ambulatorio

Si hay algo que caracteriza a ésta bahía maldita, es nuestro afamado viento. Y en aquella noche ambulatoria, él se empujaba con rabia sobre cada uno de los rincones.

Por suerte, me habían encerrado, como si fuese alimento para un Tornado.

Los guardianes se mantuvieron a mi lado hasta que asomaron los últimos minutos que le restaban caer al sábado.

Sin ellas al teléfono, o esperando deshojadas sobre la tabla, aguardé el momento oportuno. No fue traición, nunca puedo con mis ansias de LIBERTAD.

Quedan pocas fichas por jugar, gritó apresurado el último cartero. La de amor se le había caído en la próxima esquina, y lamentablemente, la perdida, era la mía.

Habrá que ver como zafo de ésta. Ambulatorio deambuló sobre el teclado, disparando los últimos cartuchos en versos sin sentido, y mucho menos, sin motivación. Sólo por inercia continuó, junto con el cartero, quemando el papel y vaciando una helada botella de cebada.

Luego vendría un tal AL-TRAX, ya que Cimbad había fallecido unas horas antes.

Souvenir para sus trajes digitales, te has apiolado campeón!. Nunca más, jamás lo volverás a hacer. Y lo sabés muy bien.

Tu amor ha caído junto con la colilla de mi última rama, y se ha desdibujado en el cenicero del olvido, sin llegar a ser un mal recuerdo. Terminaste siendo dentro de mi extensa lista sábana, solo una PENDEJA HISTÉRICA.

Por lo que respecta a vos!, si!, a vos!, sabés muy bien a quien me dirijo. Lo nuestro AÚN ESTÁ PENDIENTE...

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