lunes, 7 de diciembre de 2009

Retazos de un Trastorno Internado

Trastornos de personalidad, conductas autodestructivas, depresión reactiva, ansiedad y una personalidad enjaulada, como caballo para domar, fue la primera evaluación, o el primer diagnóstico del sol.

Ayer en el zoológico fui feliz, me rodeé y se acercaron seres sensibles. Por supuesto que al espectáculo no le faltaron las clásicas barreras y las infrenables vallas de contención, pero al fin y al cabo se dio todo sin mayores problemas.

Lo analizado hasta ahora, no mitiga ni justifica las perversas consecuencias de la abofeteada propinada por la tarde en el José Penna, ni mucho menos las sonrisas de las simpáticas cucharas repletas de colores chispeantes en la del sol.

Puchos, mate, música y alguna guitarra se suman al fogón, además de las mariposas que posan su locura sobre mis labios y recogen el polen que aún me queda.

Más tarde, muñecos bajan y suben su baba por las escaleras.

El abatimiento me amanece hoy más que nunca, golpeado, desencajado, y con ganas de pirar hacia mi guarida y poder allí, regar a mis pequeñísimos brotes.

Esta lisura que despliego por intermedio de un operativo literario, es y será por siempre, solamente la suma o el producto de un incompleto compilado de recuerdos...

Somos hueste de la locura, aquella inteligencia o sensibilidad socialmente rechazada, es por ello que a los niños los alfabetizan y a “Nosotros” nos guardan en algún cajón clínico.

Sujetos a normas del destino, nos escalonan individualmente, y nos tienden y atienden en pequeños horarios, separándonos y distanciando nuestras intenciones más puras.

Faltas Clona! Falta un Clona!. Mis aliadas carapintadas se sublevan ante nuestro pequeño reproductor musical, insolado y luego maltratado.

Ser, matea y pita su depresión viuda y sin herencia. Vanina no puede ver a las psicólogas, al igual que yo. Anto, de pajas y bravas sacudidas, paso a ser una pequeña artesana aprendiz. Más allá está El Rincón de los Tordos, una modesta parrilla de categoría que ha quedado un poco olvidada luego de su cierre. Sin embargo, siguen acudiendo a ella, como yo a VOS!, y a veces hasta con urgencia, “El Manzanita” y “El Ferchu”, un pingazo que no se lleva bien con las palabras.

Maru duerme y sueña ser letrada para poder contrarrestar a La Inquisición. Romina...no sé! Y yo?, Tal vez esté o no mañana!!!.

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