martes, 15 de junio de 2010

Un viaje, un tanto salvaje

Tengo un viaje un tanto salvaje, ha llorado en mi interior, y la humedad que reina me ha secado, me ha vaciado. No te tengo, y la falta ha hecho en mi estragos, y he quebrado hasta estallar, para volver a juntarme deshecho, desterrado. He sido bestia, he sido angel endemoniado. Soy traición y mentira, soy pecado y oscuridad.
Tengo un viaje un tanto salvaje por estos últimos pasos que doy y me recorro para redescubrirme perdido otra vez, y te he maldecido, y te he puteado hasta la sombra, hasta los fantasmas que te rodean y me aprisionan en nuestros recuerdos. La paredes, el piso, la noche helada, ésta puta dureza que me atraviesa y me rompe. Ésta falsedad de blanco manto que me acaricia con su veneno, ésta y ella son vos.
Voy cruzando las distintas estaciones, y se depositan detrás de mi ladrillos, plomo y esa masa indiferente que se aliena para no sentir.
Me voy por una ducha para darle vida a mi cuerpo con el agua, con la fuente, en energía. El líquido elemento es vehículo de buena energía, quiero dejar de correrme porque nunca me alcanzo, porque siempre llego tarde.
Solo odio a una persona. La odio al punto de matarla, pero me compadezco de ella por los otros, porque en los otros ella hace quererse, y ella no es ella es él, y les aseguro que lo conozco muy bien, porque lo sufro más que nadie. Éste inédito, insólito y aborrecible prersonaje me carcome la cabeza al punto de sentirnos amalgamados y precipitados por un solo torrente. He querido burlarme y ser indiferente, pero me asfixia, y solamente se limita ha retorcerse dentro de mi. Seguimos juntos, en un uno, somos solo uno, vamos y venimos, mutamos y enloquecemos, nos despojamos y nos volvemos a matar, pero la química venenosa que nos ha quemado, pronto nos hará desaparecer...

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