jueves, 8 de abril de 2010

no C

No se si guardarte o escribirte. Hablarte, y desearte, y también amarte hasta la última gota. No se, te vez tan así, que no sé cómo te miro?, me vuelvo y converso con esa indefinición. No se si guardarte o escribirte.
no C ahora me escucha, y me eleva para mostrarme, me aparte y hasta me divide. Mientras tanto, vos te paseás.
Hoy no C caminó y se fundió en mi, se precipitó. Ésta vez no lo hizo como el último segundo de la primera vez, fue como el último segundo de la segunda. Fue final, y no C es infinito, o por lo menos así me contó.
Ahora hablamos, y no C ya no te mira pasar. Él se fija en mi, y nos batimos en pequeños túneles, en tubos de cortos centímetros transparentes. Ahora hablamos!, y no se si guardarte o escribirte.
Son las 4 y no C es impar, ésta hora la pago yo, así acordamos; o no C si va a ser capaz de volver a hablar. Te volvés, pegás la vuelta y te mostrás, exquisitamente bella, sabrosamente dulce, empalagosamente divina. No se si guardarte o escribirte.
No C respira agitado, cada vez más, hasta que se acerca – me mira – y suspira: “tratá de darle vida a tu vida, color a tu hoja en blanco. Así, de esa manera, verás el cuadro terminado, serás feliz”.
No C? No lo escucho!, no está. Y yo?, que me ha dejado? Dónde empezamos y dónde acabaremos?. No se si guardarte o escribirte?

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