“Crispado,
el film se enmienda
cíclicamente,
y los ladrillos se descomponen.
Es la pared,
la que se amalgama con la
mochila,
y el cemento de la ciudad,
y el quebranto de aire.
Barrizal insípido,
busco tus ojos para que me
lleves,
quiero tus cuatro labios para
que me enciendas,
necesito de tus manos,
cuando se pare el vacío”.
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