las manos alternadas,
el corredor se relaja,
envueltos, casi ahorcados.
Una luz
y esa burbuja etérea,
el vapor se derrama como en cataratas,
se han caído las agujas.
La sombra te da continuidad,
y el rocío se inyecta,
aquellos días deshidratados
son de la noche, indivisible.
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