viernes, 23 de marzo de 2012

colchón de hojas otoñal

recostado, envuelto, sereno, marzo se despide de a poco. Sus ojos despeinados, las manos que se patinan lentamente, el sol arropa. La frivolidad corre sola, él ya no la sigue, ahora busca silencioso y aguarda.
Tiempos concatenados inician un nuevo roce y se resguardan, el fuego maquilla tu rostro, y aquella premisa carente es una vez más significante.
Ansiedad estival, fuiste! tu retorno ya no me encontrará allí. He dejado de doler sin pasión, nos hemos corrido junto a la convicción hacia otro estadio. Estalló una nueva génesis, y de a poco se vislumbran los próximos escalones evolutivos. Él y yo, por un momento, nos amamos con locura.

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