domingo, 2 de octubre de 2011

oda sin oda...

Revolucionario, siempre maldecido y bienvenido Octubre, ambiguo escorpión que merodea por la cornisa. De lo inconsciente a lo soñado en escala de grises, los rayos del Dios se clavan como flechas sobre la piel de los edificios. El domingo es sinónimo de silencio, de secretos.
La fría adrenalina sigue recorriendo kilómetros por las autopistas venéreas, el blanco de nuestra sal, la nieve indiferente que draga el sentimiento bahiense, todo y nada juegan histérica-mente a las escondidas. La risa viene y se disuelve, se evapora, se deshace...

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